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sábado, 21 de noviembre de 2009

4 de Diciembre 2007
3:17 a. m.
Sácale brillos nuevos a las olas que preceden tu ruta, viejo Lobo de Mar.
El alba aun no despunta a lo lejos
y yo te miro en mi adentros, todo lo que has trabajado en tu navío.
Ahora tu corazón baila un tango lento al ritmo de tu respiración,
en cada vaivén un bello recuerdo espera; fue tanto lo que construiste,
las semillas fértiles que sembraste en tanta mentes jóvenes, y hoy tu navío,
no busca ya mas puerto donde atracar, te has lanzado
a la travesía de tus sueños. Ludwig en tus oídos
y los afectos cosechados hacen de excelentes provisiones.
Tu tripulación, no menos idílica; Puedo imaginar
Un aun joven AlbertoVerdejas con su rosario de chistes,
A Don Federico García Godoy siempre con sus citas celebres;
a un robusto y gentil Encipión Oliveira,
su mate en la mano izquierda y su gran sabiduría en la derecha;
A el siempre dispuesto Nano Lebron, escudado con su prudencia sonreída.
Y a ti Papá querido…।te veo trazando en mapas estelares, caminos de vientos, haciendo gala del maestro, profesional,
amante fiel de la vela y padre maravilloso que has sido siempre.
Por eso nadie merece mas este viaje de ensueño,
así que suelta tus amarras y vete tranquilo,
despliega las velas de tu adorada Delicia y navega sin tregua,
deja que los delfines y las sirenas te escolten,
que el mar turquesa de Boca Chica y Bayahibe, los acune como una madre buena,
y que el sol bendiga los días con su intensidad plena,
para que ninguna nube gris se pueda asomar.




Yo he dejado mi huella en los pasos que siembran mis pies,
En las razones aéreas o impúdicas del amor añejo o del fortuito,
En la tersura del amor fraterno o en la aspereza de los besos roídos,
¿Y tú has estado aquí?
¿Te has despojado del gélido tacto de tus manos?
El tiempo pasa despavorido,
Como cumbre se alza invitándonos a llorar lo perdido,
Porque llorándose limpia el pensamiento,
Veras, las lagrimas pueden ser manantial depurador,
Pequeñas catarsis liquidas que trasmutan el espíritu.
Yo como tu quiero dejar esta huella trascender en lo posible,
Sin que se quemen mis anhelos,
Renovando cada día mí presencia sobre mí misma,
Sin imposiciones, sin quejas ni lamentos,
Degustar del sencillo y humilde placer de solo estar
Sin aspirar a mas nada que vivir.
Vivir un poco o mucho nunca es condición de uno,
La inmortalidad divina de cada día
Solo se interrumpe por la llegada intempestiva de la muerte.
¿Y si no me he reído?
O peor aun
¿Y si no He sufrido?
Porque nada como el dolor para recordarnos de que estamos hechos.
Nada como las angustias para acelerar el corazón,
puntualizando cada uno de sus latidos,
como el ritmo de un viejo himno, de esos que se vuelven
en el trasfondo imperceptible de cada sueño,
porque al final solo queremos que ellos,
sean las manos gentiles que esculpan nuestro destino.


Quiero que te vayas,
márchate ya, olvida el camino de retorno,
borra de tu mente los datos de mí historia.
Quiero que te escurras de mi memoria
desangra los pocos recuerdos que te nombran,
y así ponerle final a lo que pudo suceder.
Vete de mis manos
Suelta ya mis besos,
despréndete de mi piel y arranca de raíz tus palabras
para que no germinen más en mi alma.
Cállate y no digas nada,
Trágate todo lo que tengas que decir
No lo nombre ni lo cuestiones más,
Simplemente olvídame como yo ya te he olvidé.