Una piedra en mis zapatos

Tengo una piedra en mis zapatos,
Me atormenta desnivelando el ritmo de mis pasos,
Pero es una molestia dulce sin embargo,
Un calambre tibio que yo guardo.
Esta priedrecita que molesta mis pies planos,
Me recuerda para que y porque son los pasos,
Si bien me clavan provocan un placer malsano,
Que me recorre la piel y lugares no tan llanos.
Piedrecita juguetona se ha antojado,
De quedarse en mis pies y no en mis zapatos,
A veces desprenderla quisiera con estropajo ,
Pero me asusta no sentirla de nuevo en mis pies cansados.
Asi que he decidido guardar este pellico ahireado,
Que mis traviezos zapatos me han mostrado,
Me recuerdan que aun estoy viva y andando,
Y que el mundo esta lleno de piedras en los zapatos,
Ojala todas dulces y alegres como esta que tanto amo.

Yo se que estas ahi

Yo se que estas ahí,
Tras la indómita fachadas de deseos,
Tras las incomprensibles reglas de este juego,
Yo se que estas ahí,
Anheloso, tembloroso palmo de mi acoso,
Tras la historia inédita de tu sombra,
Tras la desbocada boca que te asombra.
Yo se que estas ahí,
A ojos cerrados percibo tu tiempo,
Añoro el turbio descontento
que a mi camino te arroja,
Añoro el silencio de una soledad acompañada,
Añoro aligerar junto a ti
el peso de los días sin sueños,
Tratar de remediar el mundo roto de mis besos.
Yo se que estas ahí,
Como sabes tú que yo también aquí estoy,
Solo falta un pequeño detalle… encontrarnos.

IMG00636-20110322-2155.jpg

Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Claro Dominicana

Ala herida

Ala herida al viento,
Afanosa aletea y no despega.
Ala herida ya pienso,
recrea su vuelo y no recuerda,
Llana prisa sin tiempo,
Respira entre besos y me mira,
calma tibia de cuanto se incha,
Trama fria de dedos,
Que escriben, que pintan,
Esta ala herida de la razon.

Mi lucero de La mañana

Mi Lucero de la mañana
Es el último vestigio de la noche que me circunda,
Desde el horizonte me mira
Invitándome a dar el primer paso hacia la luz naciente.

Mi lucero de la mañana
Es uno aguerrido y voraz
Que absorbe toda la atención del cielo
Cociente de su esplendor interior
Se desdobla para brillar mejor.

Mi lucero de la mañana
No sabe que se de los celestes impedimentos
De una unión astral,
No sabe que lo quiero allí donde está,
Que tal vez junto a mí se puede apagar
Y yo no quiero que deje de brillar

Mi lucero de la mañana
Allí en su lejano lugar
Es Imperio tibio de los sentidos
Fruto perfecto y maduro
Que dentro de mí fomenta
La esperanza de un futuro mejor

Uno

Uno es la soledad de todos,
El singular aislado del plural,
La antítesis de comunidad,
La piedra desprendida del cauce
Y alejada por la corriente.

Uno no se entiende en su haber de cronos,
Busca sin saber que buscar
Sin saber que encontrar,
Añora en su incomprendido haber sin lugar.

Uno quieres ser dos y tal vez tres,
Quiere la magia de saberse acogido
No quiere ser más la orilla del preámbulo,
Ni el inicio de los cuentos.

Uno tan solo quiere sentirse acunado
Entre las páginas de su propia historia.

Fuera de ti

Fuera de ti,
Cascara madura
Que narra la historia de tus pasos,
Mancillada estructura que soporta
El peso de tu razón.

Tras tu frente
El milagro,
Pléyade constelada que recrea
lo que tu mente contiene.

Dentro de ti,
El hombre creado a imagen del amor,
Simbiosis de luz y de sombra
Que florecen en colores y formas.
Ojos que miran y me hacen mirar,
Todo lo que somos y podemos ser.

Le Petite Mort

En el eje gravitacional se condensan
la suma de todas las olas,
desde los labios hasta las plantas de los pies,
tal vez puede sucumbir alguna caricia al revés,
y en un místico segundo,
todo el universo se contrae en un parto aligerado,
y un recuerdo nace de las entrañas de la luz,
es un hijo de vida breve, cuyas historia solo narra
le petite mort

Mantelo Simple

Mantenlo simple,
Sin cadenas,
sin banderas,
Siempre suelto como la arena.

Mantenlo firme,
No reprendas,
no te tuerzas,
Siempre dispuesto como el mantel de las mesas.

Mantenlo diáfano,
Aéreo,
surtido de viento,
Nada es nuestro,
Nada prevalece en el sendero.

Al final tú sabes lo que pienso
Y no hay lodo que se escurra del lamento.

Hoy somos, mañana escondo,
Tras mañana tal vez lloro.
Pero tú … por favor recuerda,

Mantenlo simple, Nada espera,
Nada es piedra,
Todo es aire,
Ni siquiera luz o sombra,
Tal vez Polvo de estrella